Nuestra historia

En el año 1989, un joven chileno llamado Alberto decidió dejar atrás las montañas de su tierra natal para buscar nuevas oportunidades en el norte. Llevaba consigo una mochila llena de sueños y un cuaderno donde anotaba sus pensamientos. Después de un largo viaje, llegó a una pintoresca playa en la costa colombiana, un lugar donde el océano abrazaba la arena dorada y las palmeras danzaban con la brisa.

Desde el primer momento, Alberto se sintió hipnotizado por la belleza del paisaje. El sol se ponía como un fuego que abrazaba el horizonte, y el sonido de las olas le hablaba en un idioma que solo él entendía. Las tardes se convertían en su refugio, y cada atardecer, se sentaba en la orilla con su cuaderno, escribiendo poemas sobre el amor, la libertad y la nostalgia.

Con el tiempo, Alberto comenzó a conectar con la comunidad local. Se hizo amigo de pescadores, artistas y ancianos que compartían historias sobre el mar y sus tradiciones.

Los años pasaron y la playa se transformó en un lugar sagrado para Alberto. Allí, cada ola le recordaba que había tomado la decisión correcta. Se convirtió en un narrador de historias locales, compartiendo la rica cultura y la belleza de su nuevo hogar con visitantes de todo el mundo.

Sin embargo, siempre guardó en su corazón un rincón especial para su tierra natal. En cada poema, evocaba las montañas chilenas, las tradiciones que había dejado atrás y la esperanza de que un día sus dos mundos se encontrarían. Al final, comprendió que, aunque había elegido quedarse en Sapzurro, su espíritu siempre llevaría consigo la esencia de su Chile querido.

Y así, en aquella playa Colombiana que únicamente dividida por unas escaleras con Panamá, Alberto vive eternamente del susurro del mar, tejiendo historias.

Nuestro personal

Con una sonrisa cálida y un enfoque proactivo, están siempre disponibles para responder preguntas, proporcionar recomendaciones locales y ayudar con cualquier solicitud.

Alberto Fontecilla

fundador

Mariluz Navarro

administradora